En su fugaz vuelo
la golondrina rosa la flor
y rasguea la guitarra
que está en la vieja silla,
arrancando notas dulces
de aleteos dormidos.
El viento mece la hamaca,
y el niño atrapa las plumas,
para la abuela que teje
lindas canciones de nubes.
©Blanca Juana Martínez
junio 17, 2011
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